El movimiento unificador del feminismo que se estableció inicialmente para empoderar a las mujeres y celebrar simultáneamente la feminidad se ha convertido en una paradoja en sí mismo debido a la evolución del feminismo occidental de hoy; segregar y marginar a las mujeres, erradicando la verdadera noción de feminismo en el proceso.
Si el único movimiento organizado para la defensa de la libertad y la igualdad de las mujeres, también se pone en contra nuestra ¿quién nos defiende?
Al compartir la misma opinión y la misma pasión anti femenina y anti islámica con ese sector culturalista rancio del islam, lo que hacen, de hecho, es apoyar firmemente a ese “islam” que les conviene.
Porque eso es justo lo que hace el feminismo hegemónico. Sólo predica y nunca escucha. Porque no concibe una libertad y una realidad que no sea la suya.